lunes, 8 de febrero de 2016

EL OMBLIGO DEL SUEÑO

Uma y el globo. Laura Vichi


EL OMBLIGO DEL SUEÑO

En los veranos de la infancia
nace un calor temeroso y creyente.
La niña aprende a rezar.
Hay una santa que dibuja los sueños,
cabalga en su pupila a noche abierta.
Sobre el mármol firme de la mesa,
criatura sostenida en la madre,
alza los brazos para bajar la luna
o robar la perfección de las esferas.
Como un dije al borde de un escote,
roto el cordón, cae la luna.
Se abre el hueco al que desagua
la lágrima del sexo y deja
en líneas verdes su velo
la Virgen de metal.
La escena se desarma.
Todo se resume en un color
que atiza el pecho
hasta llegar al borde,
despertar, cuándo la niña
ve en granate,
los ojos de Lucia.

María Victoria Fabre



Notas

Santa Lucía , nació en Siracusa, Sicilia y vivió entre 283 y 304.Venerada en la Iglesia católica, ortodoxa y luterana, fue  una mártir cristiana, víctima durante la Persecución de Diocleciano: Los soldados quisieron tomarla por la fuerza, pero pese a su cantidad no pudieron con ella, la joven permaneció rígida como una gran piedra. Pascacio al enterarse de lo sucedido, la acusó de brujería y la mandó a la hoguera, pero el fuego no le hizo daño  Al ver esto, ordenó  que le sacaran los ojos, pero a pesar de estar ciega siguió viendo. Pascasio, enfurecido, la condenó a ser decapitada.

                                                                 (Referido en La leyenda dorada,  de Santiago de Vorágine)
  


“Aún en los sueños mejor interpretados es preciso a menudo dejar un lugar en sombras, porque en la interpretación se observa que de ahí arranca una madeja de pensamientos oníricos que no se dejan desenredar, pero que tampoco han hecho otras contribuciones al contenido del sueño. Entonces, ese es el ombligo del sueño, el lugar en que él se asienta lo no conocido"
                  
                                                                   (En La interpretación de los sueños, Freud 1900)