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Uma y el globo. Laura Vichi |
EL OMBLIGO
DEL SUEÑO
En los
veranos de la infancia
nace un calor
temeroso y creyente.
La niña
aprende a rezar.
Hay una santa
que dibuja los sueños,
cabalga en su
pupila a noche abierta.
Sobre el
mármol firme de la mesa,
criatura
sostenida en la madre,
alza los
brazos para bajar la luna
o robar la
perfección de las esferas.
Como un dije
al borde de un escote,
roto el
cordón, cae la luna.
Se abre el
hueco al que desagua
la lágrima
del sexo y deja
en líneas
verdes su velo
la Virgen de
metal.
La escena se
desarma.
Todo se
resume en un color
que atiza el
pecho
hasta llegar
al borde,
despertar,
cuándo la niña
ve en
granate,
los ojos de
Lucia.
María
Victoria Fabre
Notas
Santa Lucía , nació en Siracusa, Sicilia y vivió entre 283 y 304.Venerada en la Iglesia católica, ortodoxa y luterana, fue una mártir cristiana, víctima durante la Persecución de Diocleciano: Los soldados quisieron tomarla por la fuerza, pero pese a su cantidad no pudieron con ella, la joven permaneció rígida como una gran piedra. Pascacio al enterarse de lo sucedido, la acusó de brujería y la mandó a la hoguera, pero el fuego no le hizo daño Al ver esto, ordenó que le sacaran los ojos, pero a pesar de estar ciega siguió viendo. Pascasio, enfurecido, la condenó a ser decapitada.
(Referido en La leyenda dorada, de Santiago de Vorágine)
“Aún en los sueños mejor interpretados es preciso a menudo dejar un lugar en sombras, porque en la interpretación se observa que de ahí arranca una madeja de pensamientos oníricos que no se dejan desenredar, pero que tampoco han hecho otras contribuciones al contenido del sueño. Entonces, ese es el ombligo del sueño, el lugar en que él se asienta lo no conocido"
(En La interpretación de los sueños, Freud 1900)